Thursday, November 08, 2007

¿Nos espera un futuro diferente?

Publicado en El Comercio - Lima, 30-8-2007
Todos los peruanos estamos muy impresionados con el reciente terremoto del sur chico. Una vez más nos golpea la naturaleza, pero en estos momentos no solo tenemos la obligación de ayudar y de solidarizarnos con las víctimas, también tenemos la necesidad de ser reflexivos y ponderados sobre nuestras apreciaciones, y sobre todo de repensar nuestra realidad y de sacar lecciones valiosas para el bienestar futuro de nuestro pueblo.
No nos puede extrañar que ante la inmensidad de la tragedia, todos los esfuerzos de apoyo, parezcan poco o incluso inexistentes.
Hasta ayer el Perú era un país pobre, prácticamente miserable, el mandato era sobrevivir, no nos alcanzaba el dinero para nada, no somos un país institucionalizado, no hemos creado capacidades ni para crecer ni para prever nuestras contingencias, la mayoría de nuestros empobrecidos policías, enfermeras y maestros tienen que estar pensando todos los días en cómo cachuelarse para complementar sus ingresos, hemos construido nuestros hospitales, escuelas y caminos con lo mínimo y muchas veces con menos, hemos perdido la confianza en el futuro y en nuestros líderes, nuestras instituciones públicas y privadas, incluidos la mayoría de los gremios empresariales no tienen capacidad de análisis y propuesta, por ejemplo Confiep solo cuenta con seis empleados, mientras Asocaña, la asociación de productores de azúcar de Colombia tiene 50 trabajadores con 25 PhDs.
No nos puede extrañar que no tengamos las capacidades para enfrentar una tragedia como la que nos ocupa y preocupa. No podemos reclamarle al gobierno por las demoras y dificultades, más bien creo que esta vez tenemos que ponderar y agradecer su gran esfuerzo y compromiso. De igual manera tenemos que apreciar la inmensa solidaridad mostrada por todos los ciudadanos, a lo largo y ancho del Perú. Asimismo es encomiable la pronta y amplia reacción de las empresas privadas que han movilizados recursos muy grandes a las zonas afectadas, sin reparar en los costos. También hemos recibido una gran ayuda de los países amigos. No seamos miserables, es momento de agradecer y de aplaudir el esfuerzo. Pero, insisto, también es momento de reflexionar.
No nos olvidemos que el Perú acaba de recuperarse del desplome de su riqueza que empezó hace 40 años. Nuestro PBI per cápita cayó inmisericorde por 25 años, nos ha tomado los últimos 15 años recuperar el PBI per cápita real del año 1975, recién desde el año pasado estamos creando nueva riqueza.
Las preguntas fundamentales son, ¿Por qué el Perú no tiene mayores capacidades, por qué no podemos prever mejor las cosas, por qué no tenemos instituciones capaces de enfrentar los acontecimientos nacionales, y tenemos que depender de las luces y buena voluntad del presidente de la República?
¿Podría haber sido diferente? ¿Pueden ser diferentes las cosas en el futuro?
Pues sí, podría haber sido diferente, y claro que puede serlo en el futuro, pero para eso tenemos que terminar de salir de la trampa de la suma cero. Todavía hay en el Perú políticos, intelectuales y periodistas que creen que tenemos pobres porque otros son ricos, que el libre mercado es un mecanismo de explotación de los menos favorecidos, que el estado puede resolver los problemas, y que hay que desconfiar de la inversión privada.
Felizmente la población ya se dio cuenta que no es así, ellos están en otra, el esfuerzo personal. Por eso es que más bien debemos priorizar la promoción de todos los mecanismos para que nuestros pobres accedan a la economía de mercado. Pero para invitarlos a sumarse a una cruzada nacional por el desarrollo, tenemos que plantear una Visión Positiva y Compartida de Futuro; una alianza entre la población y el estado que permita recuperar la confianza en el futuro, e iluminar la posibilidad del bienestar común, la armonía social, y la inclusión.Hoy día el Perú está listo para dar el gran salto hacia el desarrollo sostenido, no podemos volverle a fallar a nuestros pobres.

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