Desde la ciudadanía
Publicado en La Primera, Lima, (6/8/06)
Empezó el segundo gobierno de García, y si bien es entendible nuestro alivio y la esperanza de que lidere un buen gobierno, ojala los ciudadanos no caigamos en pensar que la profunda transformación que requiere nuestra nación, está solo en manos del gobierno. La transformación de nuestra patria demanda que la nación en su conjunto se vuelque a un esfuerzo colectivo en búsqueda de un desarrollo integral, inclusivo y sostenible en el largo plazo.
Se nos vienen cinco años cruciales para afirmar la verdadera libertad, la libertad política y la libertad económica, que en el mundo de hoy, y según la experiencia exitosa de muchísimos países, en todas partes del planeta, se alcanzan a través del fortalecimiento de la democracia y de la economía de mercado, respectivamente.
Una buena parte de nuestra clase política ha tardado décadas en entender y asumir los valores de la democracia, pero lamentablemente, gran parte de ella todavía no entiende que el camino al bienestar general, pasa también por consolidar una sólida economía de mercado. Sobre ésta tenemos muchas confusiones, creemos que es necesario apellidarla como economía social de mercado, para que sea aceptable al latido de nuestros corazones; la acusamos de insensible, fría y absolutista, y de querer eliminar el estado, sin entender que no hay una verdadera economía de mercado sin un estado sólido y fuerte; no entendemos, como dice Jean-Francois Revel, que “La economía de mercado, se basa en la libertad de empresa y el capitalismo democrático, disociado del poder político pero asociado al estado de derecho.
Los ciudadanos comprometidos con el futuro de nuestro país, tenemos la obligación de participar en la formación de las soluciones a nuestros grandes problemas nacionales y espero que el gobierno tenga la amplitud de mente para aceptar y propiciar un debate respetuoso sobre sus propuestas y decisiones, así como oídos grandes para escuchar las propuestas y las críticas constructivas de los ciudadanos.
Con ese tono quiero comentar tres temas que me parecen de importancia, pasando por decir que encuentro en la conformación del gabinete liderado por Jorge del Castillo, el mejor parlamentario del gobierno anterior, buenas razones para confiar en un ejecutivo ponderado, sensible y abierto al diálogo, y para comprometer mi humilde apoyo pro-positivo a su gestión.
Las remuneraciones del estado
Está muy bien mostrar indignación con la indolencia del estado, es también adecuado que los funcionarios electos y los ministros, sacrifiquen sus expectativas de ingresos, (cada parlamentario le cuesta al país 800,000 dólares por año – cien millones entre 120), pero los funcionarios de carrera en el estado, merecen una gran consideración, y si bien es indispensable recrear un estado frugal, este tiene que construirse sobre la base de los mejores profesionales y si nos vemos obligados a hacer ciertos recortes, por lo menos usemos un lenguaje considerado.
La libre desafiliación de las AFPs
Si bien este tema no se ha definido aun, aparentemente se estaría esperando una inminente definición del gobierno sobre su regulación. El tema de las pensiones es uno de los más difíciles de administrar, su incidencia se da en el largo plazo y muchas veces no se pueden enmendar los problemas, si no los analizamos cuidadosamente, con toda la anticipación posible. En el Perú estamos acostumbrados a apurar iniciativas legislativas, y limitar su debate al que se produce en las comisiones parlamentarias, pero hay ciertos temas que requieren sensibilizar a la población en base a análisis técnicos y no solo políticos, que deben contar con el aporte de especialistas independientes y con varias oportunidades de reflexión. Ojala en un tema tan importante como este, antes de apurar una definición legislativa, pudiéramos los ciudadanos recibir un análisis que nos permita entender cada uno de los problemas que deben resolverse, cuales son las opciones identificadas, y cuales son los beneficios y costos de cada una de ellas. Si queremos alcanzar a Chile, hagamos como ellos, estudiemos y debatamos con seriedad los temas de mayor trascendencia, antes de llegar al debate político.
La contribución de las empresas mineras
Es fácil imaginarse que una empresa que ya comprometió sus recursos de inversión, se encuentre en una situación difícil y sin muchos grados de libertad, cuando la presión política pretende cambiar las reglas del juego, por más grandes razones y justificaciones que se enarbolen. Pero, yo me pregunto, ¿gana el país cuando una empresa acepta ‘de buena voluntad’ dar mayores aportes económicos al estado? En el corto plazo, sí, se obtienen más recursos. Pero ¿qué puede pensar una empresa que todavía no ha invertido en el Perú, si ahora que tenemos una situación fiscal relativamente holgada, y que podemos mejorar sustancialmente el alcance y la efectividad de los programas sociales, en vez de reconocer los importantes esfuerzos que ya están haciendo las empresas mineras en programas sociales y de extensión productiva, y de incentivarlos a ampliar su alcance; los presionamos haciendo consentir a la opinión pública que son unos monstruos insensibles? ¿Los que están por venir, tendrán ganas de invertir y comprometer sus recursos en el largo plazo? ¿Atraeremos así la inversión de mayor calidad? ¿Llegaremos así a invertir del 25 al 30% de nuestro PBI, que es indispensable para poder garantizar la eliminación de la extrema pobreza en un plazo corto?
Confianza en el futuro es la clave del éxito. Confianza en el futuro requieren nuestros jóvenes para suprimir sus planes de migración, confianza en el futuro necesitan los inversionistas para apostar por nuestro país.
Mis más amplios deseos de éxito al nuevo gobierno del Presidente García.
Se nos vienen cinco años cruciales para afirmar la verdadera libertad, la libertad política y la libertad económica, que en el mundo de hoy, y según la experiencia exitosa de muchísimos países, en todas partes del planeta, se alcanzan a través del fortalecimiento de la democracia y de la economía de mercado, respectivamente.
Una buena parte de nuestra clase política ha tardado décadas en entender y asumir los valores de la democracia, pero lamentablemente, gran parte de ella todavía no entiende que el camino al bienestar general, pasa también por consolidar una sólida economía de mercado. Sobre ésta tenemos muchas confusiones, creemos que es necesario apellidarla como economía social de mercado, para que sea aceptable al latido de nuestros corazones; la acusamos de insensible, fría y absolutista, y de querer eliminar el estado, sin entender que no hay una verdadera economía de mercado sin un estado sólido y fuerte; no entendemos, como dice Jean-Francois Revel, que “La economía de mercado, se basa en la libertad de empresa y el capitalismo democrático, disociado del poder político pero asociado al estado de derecho.
Los ciudadanos comprometidos con el futuro de nuestro país, tenemos la obligación de participar en la formación de las soluciones a nuestros grandes problemas nacionales y espero que el gobierno tenga la amplitud de mente para aceptar y propiciar un debate respetuoso sobre sus propuestas y decisiones, así como oídos grandes para escuchar las propuestas y las críticas constructivas de los ciudadanos.
Con ese tono quiero comentar tres temas que me parecen de importancia, pasando por decir que encuentro en la conformación del gabinete liderado por Jorge del Castillo, el mejor parlamentario del gobierno anterior, buenas razones para confiar en un ejecutivo ponderado, sensible y abierto al diálogo, y para comprometer mi humilde apoyo pro-positivo a su gestión.
Las remuneraciones del estado
Está muy bien mostrar indignación con la indolencia del estado, es también adecuado que los funcionarios electos y los ministros, sacrifiquen sus expectativas de ingresos, (cada parlamentario le cuesta al país 800,000 dólares por año – cien millones entre 120), pero los funcionarios de carrera en el estado, merecen una gran consideración, y si bien es indispensable recrear un estado frugal, este tiene que construirse sobre la base de los mejores profesionales y si nos vemos obligados a hacer ciertos recortes, por lo menos usemos un lenguaje considerado.
La libre desafiliación de las AFPs
Si bien este tema no se ha definido aun, aparentemente se estaría esperando una inminente definición del gobierno sobre su regulación. El tema de las pensiones es uno de los más difíciles de administrar, su incidencia se da en el largo plazo y muchas veces no se pueden enmendar los problemas, si no los analizamos cuidadosamente, con toda la anticipación posible. En el Perú estamos acostumbrados a apurar iniciativas legislativas, y limitar su debate al que se produce en las comisiones parlamentarias, pero hay ciertos temas que requieren sensibilizar a la población en base a análisis técnicos y no solo políticos, que deben contar con el aporte de especialistas independientes y con varias oportunidades de reflexión. Ojala en un tema tan importante como este, antes de apurar una definición legislativa, pudiéramos los ciudadanos recibir un análisis que nos permita entender cada uno de los problemas que deben resolverse, cuales son las opciones identificadas, y cuales son los beneficios y costos de cada una de ellas. Si queremos alcanzar a Chile, hagamos como ellos, estudiemos y debatamos con seriedad los temas de mayor trascendencia, antes de llegar al debate político.
La contribución de las empresas mineras
Es fácil imaginarse que una empresa que ya comprometió sus recursos de inversión, se encuentre en una situación difícil y sin muchos grados de libertad, cuando la presión política pretende cambiar las reglas del juego, por más grandes razones y justificaciones que se enarbolen. Pero, yo me pregunto, ¿gana el país cuando una empresa acepta ‘de buena voluntad’ dar mayores aportes económicos al estado? En el corto plazo, sí, se obtienen más recursos. Pero ¿qué puede pensar una empresa que todavía no ha invertido en el Perú, si ahora que tenemos una situación fiscal relativamente holgada, y que podemos mejorar sustancialmente el alcance y la efectividad de los programas sociales, en vez de reconocer los importantes esfuerzos que ya están haciendo las empresas mineras en programas sociales y de extensión productiva, y de incentivarlos a ampliar su alcance; los presionamos haciendo consentir a la opinión pública que son unos monstruos insensibles? ¿Los que están por venir, tendrán ganas de invertir y comprometer sus recursos en el largo plazo? ¿Atraeremos así la inversión de mayor calidad? ¿Llegaremos así a invertir del 25 al 30% de nuestro PBI, que es indispensable para poder garantizar la eliminación de la extrema pobreza en un plazo corto?
Confianza en el futuro es la clave del éxito. Confianza en el futuro requieren nuestros jóvenes para suprimir sus planes de migración, confianza en el futuro necesitan los inversionistas para apostar por nuestro país.
Mis más amplios deseos de éxito al nuevo gobierno del Presidente García.
1 Comments:
Con respecto a los profesionales que requiere el estado, debemos recordar que muchos de ellos estan bajo la modalidad de services, con lo que se tiene la figura de que ganan sueldos muy altos con tal de compensar el hecho de NO TENER linea de carrera.
El problema no es solo el sueldo sino la tranquilidad que se tiene con la seguridad de que habra una linea de carrera, de ese factor nadie quiere hablar pues implica el contratar directamente. Como de costumbre se aplica una solucion parcial.
Y con el caso de las mineras... la pregunta deberia ser, ha sacado el pais la ventaja que corresponde debido al buen momento del precio? esta dejando escapar la epoca de las vacas gordas? Estamos dejando que el pan para mayo se lo coman afuera?
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