¿Crisis financiera y crisis de liderazgo?
Publicado en El Comercio, Lima 22/10/2008
La crisis financiera se ha agravado por graves fallas de liderazgo entre los políticos estadounidenses y europeos. El juego político y la demora de los congresistas estadounidenses en aprobar el paquete de Paulson, así como la demora de los líderes europeos en reconocer que eran parte de la crisis, ha permitido que la crisis de solvencia se convierta en una profunda crisis de confianza que amenaza al conjunto de la humanidad.
Lo que está en juego es el crédito, que es el aceite que engrasa la maquinaria económica del sector real, donde están las grandes compañías, pero también las mypes y los ciudadanos; donde está la generación de empleo y los tributos con que se redistribuye a los pobres.
Algunos creen que no hay riesgo de contagio de la crisis al sector real. Otros pensaban que no se extendería a otros países. Muchos plantean que el fuego divino destruya Sodoma y Gomorra para castigar a los pecadores por sus excesos, sin importarles las consecuencias en los más pobres.
El problema es de solvencia, las pérdidas de los créditos 'subprime' han erosionado el capital de los bancos que se habían sobrepalanqueado hasta 40 a 1, e inclusive 70 a 1. Luego, el mercado les ha retirado su confianza, deprimiendo sus acciones y valores. La pérdida de confianza se va extendiendo así de una a otra institución, llevando al sistema en su conjunto a una parálisis generalizada y a la desaparición del crédito.
Una empresa palanqueada 40 a 1 (bancos de inversión), con la pérdida del 2,5% del valor de sus activos, puede perder todo su patrimonio. El problema no ha sido el uso de derivados, sino el abuso del instrumento para ocultar deficiencias de capital que jamás se debieron permitir.
La crisis actual ha tomado proporciones inmensas, así se logre contener, sus efectos van a dar la vuelta por el globo, presentándonos un escenario complicado para los próximos años.
¿Qué hacer en el Perú? Apoyar a nuestro sector financiero. La crisis llegará al Perú con menores presiones inflacionarias que hace unos meses, pero con menor crédito internacional, menor disponibilidad de inversión y menores exportaciones, fuerzas difíciles de contrarrestar; pero lo que sí tenemos que evitar es, que ante la incertidumbre internacional y a la falta de claridad y coordinación de nuestras políticas monetarias y fiscales, los bancos vayan cortando el crédito local, mediante acciones individuales de prudencia, que colectivamente causen un innecesario daño al sector real y finalmente a los propios bancos.
Preservar en lo posible el crecimiento económico, única forma de vencer la pobreza. Tenemos que pasar a actuar como un país emergente y no como uno de la periferia, ni como socio del club de pobres latinoamericanos. Tenemos que mejorar el clima de inversión, promover la competitividad, desarrollar nuestras infraestructuras internas, emprender de una vez la revolución educativa, la reforma del sistema judicial y el acceso de los pobres a la economía de mercado, buscando el aumento de productividad de los oficios tradicionales, como lo demuestra Sierra Productiva.
Formular y compartir una visión positiva de futuro que nos permita unir esfuerzos y entender y asumir los escollos del camino al bienestar común.
A la crisis, luces y liderazgo. Con todas sus dificultades, el mundo de nuestro tiempo permite que continuemos fortaleciendo nuestro camino a la modernidad y la prosperidad.