Sunday, May 28, 2006

Mi Opción Electoral: Rechazo y Marcación a Presión

Publicado en La Primera - Lima, 28 de mayo del 2006

Todos los peruanos tenemos la obligación de tomar una decisión muy cuidadosa en las elecciones del 4 de junio próximo y además tenemos la necesidad de comprometernos con una vigilancia constructiva de las acciones del próximo gobierno.

Como ya hemos comentado anteriormente, las dos instituciones más importantes de la civilización moderna son la democracia y la economía de mercado. Ambas son las dos expresiones de la libertad, de la libertad política y de la libertad económica, que nos permiten librarnos de las tiranías y de la miseria. La humanidad ha demorado siglos en construirlas y hoy explican el bienestar de más de dos mil millones de habitantes de la tierra, en todas partes del globo.

Nuestra democracia es aún débil, nunca llegó a la madurez, y nuestra economía de mercado es insipiente, todavía no llega a las grandes mayorías y nuestra clase política aún no comprende que está íntimamente ligada a la libertad y al bienestar general. Los que creen en el mercado son acusados peyorativamente de neo-liberales, de pretender eliminar el estado y de buscar privilegios para unos pocos. La verdad, como dice Jean Francois Revel, es lo contrario, “la economía de mercado, se basa en la libertad de empresa y en el capitalismo democrático, disociado del poder político pero asociado al estado de derecho”.

Mi Rechazo

Rechazo la opción de Humala, porque representa una afrenta a nuestra democracia y la destrucción de nuestra joven economía de mercado. Ya todos sabemos que en el Perú, dos más dos son entre 3.8 y 4.2, pero de vez en cuando tienen que ser solo cuatro. Por lo menos de vez en cuando tenemos que llamar al pan, pan; y al vino, vino.

Cuestiono el nacionalismo porque no es una expresión de amor, no es una plataforma para la unión de los peruanos, ni para nuestra indispensable integración al resto del mundo. El nacionalismo es la peor de las trampas en que ha caído la humanidad, origen de los peores crímenes y la manipulación más asquerosa de las masas desposeídas y frustradas a las que solo se les plantea el diagnóstico de su pobreza, para ofrecerles una utopía que siempre termina siendo su explotación y su tumba. A diferencia del nacionalismo, el patriotismo si es una expresión de amor, de unión y de tolerancia. Patriotismo Sí, Nacionalismo No.

En el tema económico, la nacionalización de los llamados recursos estratégicos, es contraria, en sus consecuencias, a los intereses de las grandes mayorías. Sin lugar a dudas destruye la confianza en el futuro y ahuyenta la inversión, la inversión de calidad, más bien, para dar privilegios a los socios mercantilistas del poder político, así como a los socios políticos extranjeros. Los peruanos tenemos la obligación de derrotar la extrema pobreza y para eso tenemos que crear un ambiente de confianza que permita alcanzar como mínimo, un nivel de inversión del 25% del PBI, y así crecer encima del 7% anual.

Igualmente nefastas, son las políticas intervencionistas que plantean los humalistas en el manejo de precios, su mesianismo político y su lenguaje violentista e intolerante, que azuza los naturales resentimientos de nuestros ciudadanos menos favorecidos.

Marcación a Presión

La disyuntiva que nos plantea esta elección me lleva a la necesidad de votar por García, pero a él hay que ayudarlo para que haga un buen gobierno.

García necesita marcación a presión, pero no la que le hizo Reyna a Maradona, para destruir su juego; sino más bien, una vigilancia noble y cuidadosa, haciendo notar el error, pero contribuyendo con ideas constructivas y evaluaciones objetivas de las opciones de políticas públicas. Los peruanos no podemos correr el riesgo que el próximo gobierno no sea uno de profunda transformación hacia el desarrollo sostenible, que nos permita construir una economía inclusiva, en un esfuerzo paralelo de avance en lo económico, lo social y lo institucional.

Esta elección ha hecho patente que, en el Perú, nadie puede esperar el bienestar si no superamos la pobreza, si no les damos a nuestros pobres la posibilidad de acceder a la economía de mercado, la posibilidad de aumentar su productividad, de mejorar su educación, de tener acceso a la salud y de tener un estado presente, que otorgue seguridad y justicia.

Los próximos cinco años resultan cruciales para la sostenibilidad de nuestra patria y para su exitosa inserción en la historia de la modernidad, historia en la que no tenemos presencia alguna. No podemos seguir permitiendo que el futuro de nuestros jóvenes radique en el extranjero, el Perú es infinito en posibilidades y oportunidades, es hora de comprometernos con las realizaciones.

Ayudemos a García a hacer un buen gobierno. Cuando impulsado por su naturaleza, desempolve su voluntarismo para pretender administrar nuestra economía y sus precios, demostrémosle el error; cuando hable de proyectos que pueden inspirar la acción positiva y creativa de los peruanos, como cuando plantea proyectos e ideas-fuerza como la Sierra Exportadora, la Inter-oceánica, el Plan Sur, el Mega-puerto o la construcción de la mayor economía del Pacífico Sur, expresemos nuestro apoyo con análisis y propuestas alternativas.

Uno de los peores defectos de nuestra nación, es la anomia de nuestra clase dirigente, ya no nos podemos dar el lujo de no participar y de no contribuir al debate nacional, no podemos negar nuestras capacidades a la necesidad de construir una economía integrada, no podemos perder los próximos cinco años.
En términos de la orientación de nuestro desarrollo y de la incorporación de las grandes mayorías a la construcción de un proyecto nacional exitoso, en los próximos cinco años vamos a tener que lograr las cosas que no hemos hecho en décadas, preparémonos para ello con un voto consecuente, con una actitud de apertura y sobre todo con nuestro compromiso por la acción.

Saturday, May 20, 2006

Revisión de Contratos y carencia de Ideas

Publicado en La Primera - Lima - 17/5/06

La revisión de los contratos entre el estado peruano y empresas privadas se ha planteado como uno de los puntos más importantes y reiterados de la actual campaña política. ¿Obedece esto a un clamor popular? ¿Es la línea que hay que cruzar para que el Perú salga de la pobreza y resolvamos los grandes problemas nacionales? – O más bien, ¿Es una plataforma política creada por candidatos que no tienen ideas, que carecen de una visión de futuro exitosa para el Perú, que no tienen la menor idea de cómo convertir las inmensas potencialidades del país en una realidad de bienestar generalizado?
Lo mismo sucede con los políticos que machacan la necesidad de distribuir la riqueza – yo por supuesto creo que el objetivo nacional más importante es eliminar la extrema pobreza y alcanzar el bienestar general, pero, quienes nos plantean distribuir la ‘riqueza’ sin decirnos como crear más riqueza, o carecen de ideas de cómo crecer y desarrollarnos o creen que los peruanos somos unos idiotas e incapaces, que no podemos hacer nada más de lo que tenemos – pienso que la realidad es todo lo contrario, no me cabe la menor duda que los peruanos si podemos crecer y desarrollarnos, si podemos alcanzar el bienestar general, si podemos, como en el caso del espárrago, partiendo de cero, convertirnos en los primeros exportadores mundiales, en el principal abastecedor de los EEUU, desplazar de ese mercado a Chile, y en el proceso dar empleo en el campo, crear infraestructura y servicios, y convertir a un departamento como Ica, en un emporio del trabajo y disminuir su pobreza extrema al 2%.
¿Cómo debemos enfocar este tema?
El Perú necesita una estrategia de desarrollo que nos lleve sostenidamente por el camino del desarrollo, un desarrollo inclusivo e integral, que abarque los aspectos económicos, sociales e institucionales y que nos permita alcanzar el bienestar general.
Ya hemos visto en otras ocasiones, como a lo largo y ancho del planeta, países de todo tipo han emprendido la senda del progreso, hoy día las historias de éxito se han multiplicado a tal punto que no es posible decir que un país como el Perú está excluido de los beneficios producidos por la tecnología y la economía modernas, todo lo contrario, nuestro país es uno que tiene condiciones más favorables para el desarrollo, no solo tenemos todos los recursos naturales tradicionales, además, como lo explica Antonio Brack Egg, somos lideres mundiales en biodiversidad y en el potencial de desarrollo de bio-negocios, pero además tenemos gente trabajadora, emprendedora, alegre y llena de riqueza cultural. Si nuestro país estuviera bien gobernado, podríamos promover niveles de inversión que ni siquiera los más optimistas alcanzan a soñar.
Todos los países exitosos, que han o están creciendo e incorporando a sus poblaciones al mundo moderno, han empleado más o menos los mismos ingredientes, en lo económico: integrando sus economías al mundo global, desarrollando sus infraestructuras internas y buscando el acceso de sus pobres a la economía de mercado, aumentando la productividad de las Pymes en el campo y en la ciudad; en lo social: privilegiando una educación moderna y de calidad al alcance de todos, ampliando la cobertura de salud y desarrollando programas sociales efectivos; y en lo institucional: creando instituciones sólidas, transparentes y predecibles, instaurando el imperio de la ley, defendiendo la propiedad y creando un ambiente de estabilidad y de confianza.
Todo esto pasa por ser capaces de promover la confianza en el futuro y la inversión privada. No hay manera de derrotar la pobreza si no somos capaces de lograr un crecimiento económico alto y sostenido, para eso tenemos que invertir, invertir e invertir. Como mínimo debiéramos invertir el 25% del PBI, ojala pudiéramos invertir entre el 30 y el 40% del producto, como ahora planean inclusive varios de los países africanos y así crecer sostenidamente entre el 7 y el 10% anual por los próximos 15 a 20 años.
Lamentablemente nuestra historia es una de inestabilidad, de cambios de las reglas de juego y de frustración de las muchas ocasiones que ha tenido nuestro país para desarrollarse. No solo somos incapaces de invertir más allá del 18% del producto, tampoco somos capaces de retener a nuestros hijos en el Perú – 87% de ellos planea irse del Perú y según la última encuesta de Apoyo, si pudieran, el 68% de los peruanos se iría a vivir afuera, principalmente a EEUU y a España. - ¡Qué tragedia!
Mientras tanto nuestros políticos siguen sin darse cuenta que mientras el Perú no tenga por delante, un camino sólido de desarrollo, que nos permita apostar nuestro futuro en el Perú, y eso vale tanto para los inversionistas, como para nuestros jóvenes – seguiremos atrapados en la pobreza y en la desazón. Como no tienen idea de lo que se puede hacer en términos de una revolución productiva en la agro-industria, la forestería, la piscicultura, el turismo, las confecciones, la metalmecánica, la minería, los bio-negocios, los servicios informáticos, la producción de energía y tantas otras actividades económicas – solo les queda jugar en la cancha chiquita, la cancha de la pobreza, que los ricos paguen más impuestos, revisemos los contratos, administremos los precios, la misma monserga de nuestra historia de fracasos y perdición.
La razón de ser de los contratos-ley
Si se quiere promover la inversión en volúmenes que hagan la diferencia, pero uno tiene, como en nuestro caso, un historial de inestabilidad: o espera muchos años para ganarse la confianza en base a un comportamiento predecible, o acelera el proceso de generación de confianza mediante convenios internacionales de protección de inversiones y contratos-ley.
El Perú hizo ambas cosas en los 90 y así fue como se lograron importantes inversiones en servicios públicos, en minería y en hidrocarburos, además de la banca, comercio y turismo. Gracias a esas inversiones se pudo transformar el país y generar la posibilidad de crecimiento de los últimos 10 años, se pudo reconstruir la red vial, se pudo aumentar a los maestros, enfermeras, jueces y otros, además hoy día podemos preocuparnos sobre como deben invertirse los fondos del canon. ¿Qué sería del Perú si no se hubieran dado las inversiones de los últimos 12 años?
Es indudable que lo logrado es insuficiente, pero eliminar la posibilidad de seguir promoviendo la inversión mediante estos instrumentos jurídicos es estúpido, es disminuir nuestras posibilidades de crecimiento, volverle a decir al resto de la humanidad que nosotros no sabemos lo que queremos, que por ahora es mejor mirar que apostar, y de paso disminuir las posibilidades de generación de empleo para nuestros jóvenes.
Más seriedad, más ideas, mejor clase dirigente – eso es lo que necesita el Perú.

Monday, May 15, 2006

La Verdadera Dimensión del Sector Agrícola Peruano y el TLC Perú – EEUU

Publicado en La Primera - Lima - 14 de mayo del 2006

Mucho se hablado del TLC y especialmente de su impacto en el sector agrícola, durante los últimos largos meses, especialmente por parte de los opositores al TLC, pero poco es lo que se ha avanzado en analizar con objetividad el impacto del tratado en un área tan importante para todos los peruanos.

A raíz del diálogo con expertos que organizamos hace un mes y medio, con la Universidad del Pacífico y el Mincetur, se vio con claridad que había una serie de elementos del sector que permitían una nueva mirada al impacto del TLC en el sector agrícola, y decidimos preparar un análisis del tema, con Julio Paz Cafferata y con Jaime García, que ahora me permito compartir con ustedes.

Condiciones de base favorables

1. Evolución del mercado mundial del alimentos: Hasta los años 80, el 80% del comercio era de productos básicos, ahora, en los últimos años, el 66% del mismo es de productos de alto valor, como frutas y hortalizas, y productos orgánicos. Gracias a la apertura comercial se ha superado la estacionalidad del consumo en los países más ricos. Esto establece para el Perú, que es un verdadero invernadero natural, excelentes oportunidades de penetración.
2. La capacidad de respuesta peruana: Gracias al impulso del APTDEA, el Perú ha mostrado una tremenda capacidad de respuesta, siendo que, durante los últimos 10 años, nuestras exportaciones agrícolas se han multiplicado por 6.7.

Clasificación de principales productos agrícolas

La clave para el análisis es la clasificación de los productos en tres grandes categorías:

1. Los productos Exportables o Competitivos, aquellos que se exportan o tienen las condiciones de competitividad para exportarse y por lo tanto no enfrentan impactos negativos con el TLC, más bien tienen oportunidades de desarrollo. Como ejemplo tenemos café, azúcar, fríjol grano seco, naranjas, espárragos, cebollas, fríjol castilla, mangos, palto, uvas, páprika, olivo, ajos y alcachofas.
2. Los productos No-Sensibles, nuestros productos autóctonos, los de la sierra, que no se producen en EEUU, o como en el caso de la papa su importación sería no-comercial y por lo tanto no guardan ninguna sensibilidad. Acá tenemos productos como papa, maíz amiláceo, plátano, yuca, haba, arveja grano, quinua, olluco, oca, camote, chocho tarwi, mashua, cañihua y kiwicha.
3. Los productos Sensibles, aquellos que se producen masivamente y con subsidios en EEUU, como el arroz, maíz amarillo duro, cebada, trigo y algodón y que merecen un análisis individual para apreciar su verdadera sensibilidad.

Estructura del sector

A diferencia de la propaganda de los opositores del TLC, sus beneficios más aparentes no se limitan al 3 ó al 5% de los agricultores y los perjudicados no son pues el 95% del sector. Como podemos ver en el siguiente cuadro, el máximo de sensibilidad estaría limitado al 41% del área, al 35% del valor de la producción y al 42% del empleo.


Área Cosechada - Valor Bruto Producción - Empleo Directo Anualizado
<<<(miles Ha) <<<<<<<<<<(S/. millones) <<<(miles)<<<< Total: -----------2,400 --------8,600 ----------840

Exportables: ----23% -------- 35%------------24%
No-Sensibles: ---36% -------- 30% -----------34%
Sensibles: -------41% -------- 35% ------------42%
------------------100% ------- 100% ----------100%

Análisis de sensibilidad

Como hemos visto, los productos sensibles serían el arroz, el maíz amarillo duro, la cebada, el trigo y el algodón:

1. Arroz: tendrá 17 años de desgravación, una cuota del 5% del consumo y un largo plazo de ajuste y asistencia para su reconversión en costa y su fortalecimiento en la selva. Es importante apreciar que la necesidad de llevar el arroz a la selva es estructural a los intereses internos del país, más allá del TLC. Si seguimos produciendo arroz en la costa, estamos corriendo el riesgo de que en 20 años hayamos inutilizado nuestros valles más fértiles, por la salinización de los suelos, y de crear una emergencia ambiental por el mal uso del agua en la costa. Es urgente iniciar la reconversión y promover las condiciones adecuadas para mejorar las capacidades productivas, comerciales y de infraestructuras en la selva.
2. Maíz amarillo duro (MAD): tendrá 12 años de desgravación, una cuota de 25% del consumo y compensación directa. Plantea un beneficio directo para la avicultura y la porcicultura que representan el 93% del consumo. Desde el punto de vista de los productores de MAD, es presumible que la compensación represente inclusive un efecto mayor al de la reducción de los precios, producto de la desgravación.
3. Cebada: se desgravará inmediatamente, pero las importaciones de cebada cervecera no compiten con los productores nacionales, que cultivan principalmente para autoconsumo y para conversión en “morón” para consumo directo en la Sierra.
4. Trigo: se desgravará inmediatamente pero tendrá compensación directa. La producción nacional no se afectará por la desgravación arancelaria, puesto que las importaciones son absorbidas por la industria. Entre 1992 y el 2003, los aranceles a la importación de trigo bajaron en 85% - de 114% a 17%, sin embargo la producción nacional se multiplicó por 2.6 veces.
Por otro lado, no se puede decir que el trigo genera una sensibilidad indirecta en la papa, como puede analizarse por los consumos per cápita de los últimos 40 años, en que más bien se aprecia, que quién compite con la papa es el arroz.
5. Algodón: se desgravará inmediatamente y será sujeto de compensación, adicionalmente al actual subsidio de formalización, acumulándose así la posibilidad de sobre-compensar el efecto que la desgravación pueda tener en los precios internos.

Impacto regional

Uno de los aspectos más interesantes del análisis es que el impacto regional del TLC es favorable a la estructura productiva agrícola peruana. Los departamentos más pobres del país, los de la sierra centro y sur, tienen menos del 10% de sus áreas cosechadas dedicadas a los llamados productos sensibles, por ejemplo Puno, tiene solo el 0.7%. Más bien los departamentos de la costa, los más dinámicos, con mayores procesos de reconversión, con más infraestructura y servicios, si tienen una mayor proporción de sus áreas cosechadas, dedicadas a los productos sensibles. Ica, por ejemplo, el departamento líder de la agroindustria, que ha alcanzado el pleno empleo y solo el 2% de pobreza extrema, tiene 60% de sus áreas cosechadas de productos sensibles.

Generación de empleo

Los productos exportables y competitivos del Perú tienen la capacidad de generar 2 a 3 veces más empleo directo por hectárea que los productos tradicionales. El maíz amarillo duro genera 26 empleos directos anualizados por cada 100 hectáreas y el trigo 20, mientras que el cultivo de espárragos 65, cebollas 97, páprika 52 y alcachofas 66 empleos directos anualizados por 100 hectáreas. Estas cifras de generación de empleo no incluyen el empleo indirecto, que en el caso de la agro-industria, es sustancialmente mayor al generado por los cultivos tradicionales.

Potencial de crecimiento

En 10 años, entre los años 70 y 80, Chile, con condiciones del mercado mundial de alimentos muy inferiores a las actuales, multiplicó sus agro-exportaciones por 3.5. El Perú, con un mercado favorable, con condiciones naturales excepcionales, y como ya lo hemos visto con el APTDEA, con una tremenda capacidad de respuesta de nuestros trabajadores y empresarios, tiene un amplio potencial de desarrollo, por la variedad de productos competitivos que podemos ofrecer, desde todas las regiones del Perú.

En el análisis efectuado simulamos dos escenarios de crecimiento, para los próximos 10 años: en ambos se estimó que en la sierra se podrían desarrollar 70 mil hectáreas de productos exportables (la mitad de la sierra exportadora del Apra, en el doble del tiempo) y que en la costa se duplicaría o triplicaría el área cosechada de productos exportables, tomando como base las 200 mil hectáreas actuales, descontado las dedicadas al café y al azúcar. Según estos supuestos en 10 años, el empleo directo del sector agrícola, podría pasar del 24% actual al 40 o al 50% respectivamente, lo que implicaría una revolución productiva del campo peruano y su incorporación a la economía moderna.

Conclusiones

Los perdedores no son el 95% de los agricultores, la mayor sensibilidad aparente se da en el arroz, (14% del área) que es urgente reconvertir hacia la selva.

Los ganadores son muchos, no solo los de los productos exportables, también, los de los segmentos No-Sensibles y Sensibles, que tendrán menores costos de insumos y maquinarias, mayores ingresos por el crecimiento de la economía y la demanda interna de nuestros productos de consumo tradicional, y por la menor competencia interna dado el crecimiento de las áreas dedicadas a la agro-exportación.

El impacto regional es favorable a la estructura de producción agrícola peruana, muy bajo en las áreas más pobres y mayor en las más dinámicas. Así mismo, el potencial de desarrollo es amplio y se da en todas las regiones del Perú.

Más allá de las compensaciones hay que dar especial importancia a la agenda interna del sector, para darle a todas las regiones la capacidad de desarrollar su verdadero potencial.

El TLC es el camino de la inclusión y la superación de la pobreza.

Para ver el análisis completo, consultar:
http://www.tlcperu-eeuu.gob.pe/index.php,
O pedirlo a: http://www.blogger.com/pbustamante@metamorfosium.com

Sunday, May 07, 2006

De Chávez, Humala y otros desvaríos

Publicado en La Primera - Perú - 30 de abril del 2006

Que lamentable resulta el pantano de estupidez en el que se revuelca la vida política en América Latina, un sub-continente empobrecido y retardatario, a pesar de todo su potencial, a pesar de la capacidad creativa y emprendedora de sus pueblos.

Chávez no solo se ha apoderado de todo el aparato de gobierno venezolano, también se ha apoderado de los recursos del estado – de la riqueza petrolera de los venezolanos, que usa como si fuera suya, para llevar de las narices a su pueblo y para regalarla a los gobiernos de otros países de la región, comprando sus voluntades y armando una red de apoyo a su afán político de liderazgo populista. Evidentemente sus regalitos no solo se limitan a los gobiernos constituidos, también los prodiga a sus candidatos preferidos, invadiendo la vida política de otros pueblos. No puedo dejar de comentar lo patético que resulta ver por televisión a sus ministros, funcionarios de estado y quién sabe que otros áulicos, acompañarlo en aplausos y vítores mientras este espantoso personaje se despacha en insultos y denuedos a quién le viene en gana, eso si da asco, y pena.

Mientras tanto, como no podría ser de otra manera, Chávez hunde a su pueblo en la pobreza, la corrupción, la violencia y la desintegración. Pero más allá de la suerte de los pobres venezolanos, pretende que otros países latinoamericanos lo acompañen en sus políticas aislacionistas, confrontacionales y estúpidamente empobrecedoras.

Y Dios, si que es fértil nuestra región para encontrar politicastros dispuestos a seguir la senda de políticas fracasadas y sin esperanzas de éxito, tomando el nombre de los pobres para seguir vendiendo el más espantoso contrabando político: condenar a nuestros pueblos a la marginalidad, a la indignidad de una pobreza limosnera que dependa del favor de sus poderosos gobernantes y a la victimización que la corrupción entraña en la vida de nuestros pueblos.

Así es que en nuestro querido Perú, tenemos ahora a Humala, que inspirado, digitado y presumiblemente financiado por Chávez, se nutre de la pobreza y frustración de nuestro pueblo para vendernos el nacionalismo – cuna de las peores aventuras de la humanidad, el desarrollo endógeno – garantía de empobrecimiento, mercantilismo y pérdida de competitividad, políticas supra-intervencionistas – fuente de mediocridad y de corrupción, y un ambiente de revancha, división y resentimiento – capaz de aplastar la posibilidad de construir una nación integrada y dedicada a lograr el bienestar general.

La conexión de Humala con Chávez se ha hecho completamente evidente esta semana, en que su modelito se tira contra el Perú, insulta a los peruanos, a sus representantes, pretende imponernos el aislacionismo económico que el practica en lo que le conviene y tira por la borda la integración andina. Humala no solo no se distancia de Chávez, prefiere criticar a quien lo confronta desde el Perú. ¡Que tal nacionalismo, que tal fe en la integración regional, que poco espacio le deja su mentor para un manejo inteligente de su perfil político!

Mientras tanto los gobiernos latinoamericanos, así como el peruano, reaccionan con gran debilidad. Estamos dejando que Chávez continúe tranquilamente construyendo su plan de hegemonía continental, usando una riqueza que no es suya e interfiriendo con la vida de nuestros pueblos. Me parece que ya es hora de poner un paralé, debemos hacer un claro deslinde con el dictador venezolano, me parece que debemos rechazar nítidamente su interferencia, si es necesario aislándolo diplomáticamente, así también ayudaríamos a su pueblo a ponderar la senda por la que está siendo arrastrado.

En el caso del Perú va a ser interesante apreciar la reacción de nuestra diplomacia que, bajo el liderazgo de Rodríguez Cuadros, era tan presurosa y gestual para sobre reaccionar contra Chile, y tan pasiva para hacerlo con Chávez. ¿No será que el ex canciller, con su corazoncito velasquista y sus aventurillas y conexiones humalistas, sigue mangoneando en nuestra cancillería, ahora en pro de un nuevo proyecto político? Vamos, vamos, a ver si los genes arequipeños de nuestro canciller están listos para actuar y asumir su propio liderazgo.

Pobre América Latina, que liderazgo tan pobre que tenemos. No aprendemos de nuestros errores y no sabemos apreciar las lecciones que día a día nos dan tantos países de la tierra, sobre cuales son los temas importantes para el debate político, cuales son las políticas públicas exitosas que sacan a sus pueblos de la pobreza, y sobre como el mundo de hoy, con su desarrollo tecnológico, con la evolución de sus mercados, es el mejor espacio posible para emprender un desarrollo integral, inclusivo y creador de bienestar.

Hay gente que piensa que los latinoamericanos estamos condenados a elegir malos gobernantes por nuestra falta de educación, que de alguna manera nuestro código genético nos hace resistentes a la modernidad y el progreso, al respeto de la ley y a la tolerancia. Yo no creo que las cosas sean así, a mi me parece que los latinoamericanos y especialmente los peruanos, tenemos dos capacidades, la de efectivamente caer en el sopor colectivo de juzgar nuestro futuro con los ojos de nuestro pasado de frustraciones; pero también la que muestran nuestros compatriotas que se desarrollan con éxito y dignidad cuando emigran, y como en varios pasajes de nuestra historia, la capacidad de reaccionar con garra, de apostar por el futuro y de alimentar la esperanza colectiva de que tenemos un destino de grandeza.

A mi humilde entender, la naturaleza de los peruanos no nos condena al error, lo que nos condena es el clima frustrante en que miramos nuestro futuro y el lamentable liderazgo que lo precipita. Clima y liderazgo son los condicionantes de nuestra sabiduría o de nuestra derrota.

Mi reflexión final y la tarea más importante para los que meditamos sobre el Perú, debe ser sobre lo que debemos hacer para crear un nuevo liderazgo en el Perú y en América Latina, sobre la forma de lograr que nuestros mejores ciudadanos apuesten por la política y que nuestros jóvenes concentren su esperanza y su energía en rescatar nuestro lado bueno para sincronizar una opción colectiva por la modernidad y el progreso.

Alianzas Electorales, Gobernabilidad o Transformación

Publicado en La Primera - Perú - 16 de abril del 2006

Después de las elecciones, todos hemos escuchado a los líderes de los partidos políticos plantear la necesidad de conversar, de concertar y/o de pactar con otras agrupaciones políticas, pero unos están hablando de arreglos electorales para la segunda vuelta y otros de alianzas o entendimientos congresales, para asegurar la gobernabilidad, habida cuenta de la composición del congreso.

En mi humilde opinión, esta es una de los típicas agendas erradas de la clase política peruana, pactar para llegar al poder o preservarse en el, ambos propósitos son ajenos al interés ciudadano, quienes más bien esperan un gobierno que resuelva sus problemas.

Antes de las elecciones ya habían algunos temas que estaban completamente claros, como que estamos atravesando una profunda crisis de confianza – los ciudadanos no creen en sus líderes ni en las instituciones de gobierno, la política esta completamente desacreditada, la democracia venida a menos y la confianza en el futuro demolida, basta ver como el 87% de nuestros jóvenes piensa en la posibilidad de emigrar.

Más allá de la irrupción del humalismo, el país esta jugando con fuego. A pesar del reciente crecimiento de la economía y gracias a este, del inicio de la reducción de la extrema pobreza, la sensación de bienestar de los peruanos deja mucho que desear. El nivel de tolerancia de los ciudadanos es cada vez menor y la ausencia del estado cada vez mayor.

Así es pues el escenario en el que se han realizado las elecciones y a mi manera de ver, la sentencia popular no esta planteada en términos de los arreglos y componendas que deba realizar la clase política, sino que es un fuerte cuestionamiento a la misma, ni siquiera le otorga la primera minoría congresal a alguno de los partidos más tradicionales, sin lugar a dudas, el voto ciudadano también es un rechazo a las propuestas radicales, pero además, y fundamentalmente, es un grito de cambio y de transformación de nuestra realidad.

Por lo tanto la reacción de los políticos responsables tiene que ser en primer lugar, una de humildad, y en segundo lugar, una de apertura, para buscar la unión de los peruanos con miras a iniciar una profunda transformación nacional.

El Perú no puede esperar cinco años más para emprender el camino del desarrollo y del bienestar general, desarrollo que tenemos que entender como uno que de espacio para el progreso de las grandes mayorías. Quien sabe si una de las grandes contribuciones, de las recientes elecciones, ha sido poner en el debate nacional el tema de la exclusión, hoy día todos debemos ser concientes que no es posible alcanzar el desarrollo sin pasar por el desarrollo de nuestra sierra, si no logramos que nuestros pobres accedan a la modernidad a través de la economía de mercado.

El pacto por la Transformación Nacional

Como digo mas arriba, ya es hora de emprender el desarrollo, y para eso es fundamental que los políticos responsables asuman el compromiso de postergar sus aspiraciones de poder en aras de establecer un gran pacto nacional, principalmente entre Unidad Nacional y el APRA.

Dicho pacto por la transformación nacional, debiera basarse en las siguientes premisas:

1. ¿Somos Libres?

Como dice Fernando Savater, la libertad tiene dos caras, la libertad política y la libertad económica. Los peruanos gozamos de la libertad política a través de nuestra insipiente democracia, pero no tenemos libertad económica, porque no hemos logrado que el grueso de nuestra población pueda gozar de los beneficios de la tecnología moderna, de los beneficios que la humanidad ha puesto al alcance de 2,000 millones de seres a lo largo y ancho del planeta, porque los peruanos seguimos siendo pobres. ¿No es hora de liberarnos del yugo de la pobreza y de cantar con la verdad – Somos Libres?

2. La Democracia y la Economía de Mercado son los dos grandes pilares sobre los que debemos construir nuestra prosperidad

La democracia y la economía de mercado no son solo la expresión de la auténtica libertad, son también el camino del bienestar general. Así como la democracia no tiene por que ser sinónimo de debilidad, la economía de mercado no implica la ausencia del estado. Una verdadera democracia debe basarse en el imperio de la ley y la economía de mercado en la existencia de un estado fuerte y sólido que regule los mercados con eficiencia para el corto y largo plazos y que promueva una economía productiva y creadora de riqueza.

3. Solo es posible el avance social mediante el crecimiento económico

El desarrollo tiene que ser necesariamente entendido como un proceso integral de mejora en lo económico, lo social y lo institucional. Solo puede darse como el desarrollo de una vía férrea, un riel es el desarrollo económico, el otro el social y los durmientes el institucional, en los que como ambos rieles, tienen que asentarse el avance económico y el avance social.

4. El crecimiento económico se basa en la inversión y la inversión se basa en la
confianza

Nuestro crecimiento económico es insuficiente porque nuestro nivel de inversión es muy bajo. El Perú debería crecer sostenidamente por los próximos 15 años, hasta el año del bicentenario, a un ritmo mínimo de 7% anual. Para lograr ese nivel de crecimiento tendríamos que invertir como mínimo el 25% del producto – 6 mil millones de dólares adicionales al nivel actual de inversión, todos los años.

Algo absolutamente fundamental es entender que la confianza que requieren los inversionistas es la misma confianza que requieren nuestros jóvenes para quedarse en el Perú – viabilidad, predictibilidad y justicia.

5. Si el desarrollo no es inclusivo, no es sostenible

El Perú no puede seguir de espaldas a la sierra y manteniendo al 20% de nuestra población en extrema pobreza. La sustitución de importaciones, la tramposa protección de la producción nacional, instauro un modelo de exclusión del que hasta ahora padecemos.

Tenemos que promover la inversión privada productiva de los sectores modernos de la economía, sin discriminación entre los nacionales y los extranjeros, porque la inversión pública tiene otras prioridades, pero el estado no puede ser pasivo en cuanto a la promoción del acceso de los pobres a la economía de mercado. Para lograrlo hay que buscar el aumento de la productividad de los oficios tradicionales a través del acceso al crédito, de la titulación, de la capacitación técnica y societaria, del desarrollo de mercados, de la inversión en las infraestructuras internas, de la formación de cadenas productivas y de la simplificación administrativa y tributaria.

El Perú es efectivamente un país lleno de oportunidades, lo avanzado durante los últimos años y el ambiente internacional permiten que emprendamos una revolución productiva, un sustancial avance social y la afirmación de instituciones sólidas, el lograrlo, depende hoy exclusivamente de la sabiduría y la ponderación de nuestros principales líderes políticos, que tienen una última oportunidad de estar a la altura del reclamo de los prohombres de nuestra historia: Un Perú Libre y Grande para todos los peruanos.

Compromiso Nacional por la Democracia y la Economía de Mercado (2-4-06)

Publicado en La Primera - Perú - 2 de abril del 2006

El objetivo nacional más importante y más general, en términos de su alcance e impacto, es el de eliminar la extrema pobreza. Este objetivo no es sólo un imperativo moral, no es sólo la deuda de los que tenemos más educación y recursos con los menos favorecidos – es la base de la afirmación nacional, no es posible imaginar un país próspero, si no hemos ganado la batalla contra la pobreza.

Sólo hay un camino para eliminar la extrema pobreza y ese camino es crear riqueza, es crecer alto y sostenido. Faltan 15 años para nuestro bicentenario, tres períodos de gobierno, que tienen que ser de un crecimiento de la economía de por lo menos 7% anual. No es un objetivo sencillo, pero es alcanzable, así lo han hecho muchos países.

China viene creciendo al 10% anual hace 25 años, Corea del Sur creció durante 25 años, entre 1971 y 1995, al 8%, Malasia 14 años al 8% (71-84), Tailandia 9 años al 10% (88-96), India 25 años al 6% desde 1980, Irlanda 13 años al 7% (90-2002), Polonia 9 años al 10% (93-2001), Chile 15 años al 7% (84-98) y el Perú, sí, nuestro Perú, 5 años al 7% entre 1993 y 1997.

Si crecemos 15 años al 7% anual, el PBI pasaría de 70 a 192 mil millones de dólares; asumiendo un crecimiento de la población de 1.7% anual, el PBI per cápita superaría los 5,500 dólares; y el presupuesto público, sin aumentar impuestos ni mejorar la recaudación tributaria, se multiplicaría prácticamente por tres. Éste es el ritmo de crecimiento que permitiría eliminar la pobreza extrema, hacia el 2021.

Hace tres o cuatro años, cuando hablaba de crecer al 7% me miraban como si fuera un iluso, hoy, prácticamente todos los partidos que postulan a la presidencia de la república, hablan de crecer al 7% anual, incluso los más extremistas. Pero la pregunta clave es - ¿Cómo se hace?

Aquí lamentablemente termina el consenso - le guste o no, a nuestras izquierdas, le guste o no, a los humalistas, solo se puede crecer alto y sostenido, generando confianza e invirtiendo anualmente, por lo menos el 25% del PBI, inversión que necesariamente tiene que darse, fundamentalmente, por parte del sector privado nacional y extranjero. La confianza que se necesita para promover la inversión, es la misma confianza que necesitan nuestros jóvenes, para apostar por el Perú, para no seguir emigrando al extranjero, en búsqueda de una vida digna.

La creación de confianza exige propuestas de gobierno sensatas, exige estabilidad de las reglas de juego, exige respeto a la propiedad y a los contratos, implica predictibilidad y transparencia en la cosa pública, requiere de una verdadera lucha contra la corrupción y un sistema judicial solvente moral y administrativamente.

A estas alturas de la campaña electoral, ya todos sabemos quienes apuestan por generar confianza y quienes se aprovechan de la entendible frustración de una buena parte de nuestra población, para exacerbar el resentimiento y el odio. Ya sabemos quienes elaboran propuestas de desarrollo y de solución a los problemas de pobreza y desempleo y quienes juegan con las palabras para ofrecer ilusiones preñadas de fracaso, como rechazar el TLC, nacionalizar los sectores estratégicos, entregarle Camisea a Petroperú, cuestionar todos los contratos y convocar a una asamblea constituyente que le permita al gobierno usar los fondos públicos y privados para recrear el estado macrocefálico, abusivo, ineficiente, corrupto y empobrecedor del velasquismo.

Si analizamos la presente campaña electoral con un poco de tranquilidad, podemos comprobar que si bien nos confronta con un inmenso riesgo de descalabro para la democracia y la economía de mercado, también nos pone por delante una gran oportunidad para repensar el Perú, para comprometer la acción política hacia la defensa de la democracia y el mercado, para entender que el desarrollo tiene que ser inclusivo, para entender que los próximos 5 años de gobierno, tienen que ser un período de cambio profundo, de cambio estructural, que permita que arranquemos los motores del crecimiento, el mejoramiento de la educación y la salud y la construcción de instituciones sólidas, transparentes y predecibles – pero sobre todo, que nos comprometamos con traer a nuestros pobres a la economía de mercado, hacer que se sientan el objeto del crecimiento y lograr que nuestros jóvenes renueven su confianza en el Perú.

Pero no basta con decir que se quiere crecer al 7% anual y que hay que invertir el 25% del producto, hay que decir que debemos hacer para lograr ese nivel de inversión y cuales deben ser las líneas de acción para que el crecimiento sea envolvente e inclusivo.

En mi opinión debemos buscar un desarrollo paralelo de lo económico, lo social y lo institucional. En lo económico, insertando la economía peruana al mundo global, TLC con EEUU, Europa y los principales países asiáticos; desarrollando las infraestructuras internas; y buscando el acceso de los pobres a la economía de mercado, al procurar el aumento de productividad de los oficios tradicionales y entender que el desarrollo del Perú pasa por el de nuestras sierras. En lo social, haciendo una verdadera revolución educativa, rescatando la educación pública de su secuestro por el Sutep; dando cobertura universal de salud infantil; y formando un Fondo para el Impulso Social de 5,000 millones de dólares para aparejar el desarrollo social con el económico y reforzar la acción del estado – éste fondo debiera generarse de un renovado proceso de privatizaciones y concesiones. En lo institucional, estableciendo el imperio de la ley; defendiendo la propiedad; y estabilizando las reglas de juego.

Resumiendo, se puede decir que es mucho lo que está en juego en el actual proceso electoral, y por lo tanto es el momento de superar las diferencias programáticas y de estrategia electoral, y de darle al país un mensaje claro de entendimiento entre los partidos políticos sensatos y responsables, marcando una línea clara entre la defensa de la democracia y la economía de mercado y la insensatez del nacionalismo humalista. Estoy seguro que la gran mayoría de los ciudadanos, reclamamos un Compromiso Nacional por la Democracia y la Economía de Mercado.

Yo me quiero imaginar, por ejemplo, un gobierno de Lourdes Flores con un gabinete de independientes, presidido por Jorge del Castillo; que tenga por misión el gran cambio que reclama el país - poner en acción una revolución productiva, promoviendo las exportaciones, cerrando la brecha de infraestructuras y llevando a nuestros pobres hacia la modernidad y el bienestar que les daría su incorporación a la economía de mercado. - Afirmando la democracia y el mercado como los pilares fundamentales para nuestro desarrollo. - Promoviendo una cultura de paz e integración entre los peruanos y - emprendiendo el camino de nuestra superación, hacia un bicentenario en el que habremos derrotado para siempre la extrema pobreza. Me imagino un gobierno que no solo sepa continuar con los proyectos exitosos del gobierno anterior, sino que además sepa recoger de sus contendores, las propuestas más valiosas y la gente mejor preparada para hacer un gobierno de transformación nacional.

Este es un momento para la grandeza, el coraje y la humildad de los hombres y mujeres de nuestra patria.

Patriotismo Sí - Nacionalismo No.

Democracia y Mercado – Los dos pilares más importantes de la civilización moderna – están a riesgo en el Perú (26-3-06)

Publicado en La Primera - Perú - 26 de marzo del 2006
La humanidad ha demorado siglos en perfeccionar y en extender la democracia y el mercado. Ninguna de estas instituciones fundamentales se ha enraizado en el Perú, pero seguimos empeñados en el esfuerzo de transitar el duro camino que conduce hacia ellas.

El mundo moderno tiene tan claros estos conceptos, que ya no son materia de sus debates electorales. En las elecciones en Europa, en Japón, en Estados Unidos y más recientemente en Chile nadie plantea debilitar la democracia o destruir la economía de mercado. Si alguien lo hiciera, no sería escuchado ni recibiría el respaldo del electorado. Sus debates fundamentales son sobre como perfeccionar el sistema.

No es posible imaginar la prosperidad o el bienestar general, sin democracia y sin mercado. Si algo nos falta en el Perú es más democracia y más mercado. Ambos son los elementos básicos de la libertad – de la libertad política y de la libertad económica.

Los peruanos somos libres a medias, porque si bien el día de hoy tenemos un gobierno democrático, aún no hemos logrado superar las limitaciones económicas que condenan a nuestras mayorías a no tener acceso a la tecnología moderna, a una buena educación y cuidado de la salud, o a los instrumentos de trabajo que nos permitan lograr una mayor productividad, ni a los estándares de consumo y bienestar que ofrece el mundo moderno.

No existe mejor sistema político que la democracia, sin ella, no hay libertad ni un verdadero respeto a la dignidad del ser humano. La democracia se basa en la tolerancia y en el respeto a las ideas de los demás. Lamentablemente a nuestra izquierda le ha costado décadas entenderlo. Pero gran parte de ella aún no cree en el mercado, seguramente dentro de algunas décadas, también creerán en él. Mientras tanto siguen sembrado un sentido común popular resistente a la modernidad.

El mercado es el mejor mecanismo para asignar eficientemente los recursos, para crear riqueza y bienestar. La ampliación de los mercados, a través de la integración de nuestra economía al mundo global, es la mejor forma de dividir el trabajo, de especializarnos y así de aumentar nuestra productividad y los ingresos de los trabajadores. La afirmación del mercado no es la negación del estado, sino el mejor complemento de su acción efectiva.

El Perú está listo para avanzar hacia el progreso, así lo entienden una buena parte de los candidatos a la presidencia de la república, así lo entiende el Partido Aprista y Unidad Nacional. Por desgracia no lo entiende así el humalismo, cuyas propuestas, podrían destruir nuestra joven democracia y nuestro incipiente mercado.

El humalismo propone una nueva constitución para perennizarse en el poder y para permitir que su gobierno haga lo que le de la gana. Rechaza el TLC, con lo cual condenaría a millones de peruanos a perder la gran oportunidad de tener empleos productivos y un mejor estándar de vida. Pretende que sus burócratas controlen lo que ellos llaman las empresas estratégicas, con la plata del estado o con el dinero de los pensionistas, lo cual no solo significaría una paralización violenta de los procesos de inversión y de generación de empleo, sino además, la confiscación del ahorro nacional y/o la dilapidación de los recursos públicos. A cada paso que dan, siembran resentimientos y violencia, haciendo temer que su eventual gobierno sembraría el caos, el odio y el enfrentamiento entre los peruanos.

Por su verbo, sus planteamientos, sus referentes, su estilo, sus acciones violentas y por sus socios, fuera y dentro del Perú – es posible presagiar que el humalismo, instauraría un gobierno autoritario, primitivo y retardatario. Con la careta del nacionalismo, implantaría una nueva ola de mercantilismo, esa panacea de los malos empresarios que solo es fuente de privilegios, de corrupción, de inequidad, de ineficiencia y de pobreza. Con el pretexto del armamentismo chileno, pretende incrementar el presupuesto militar, o sea más corrupción y pobreza, en un país donde el estado no es capaz de mejorar la educación, la salud y la seguridad ciudadana. Intervencionismo económico teñido de resentimiento y mezclado con un nacionalismo mal entendido y contraproducente.

Los humalistas no entienden lo que es confianza, ellos creen que los inversionistas se van a acomodar a sus diseños arcaicos y fracasados. No entienden que la confianza se basa en la estabilidad y la predictibilidad. Cuando el futuro se oscurece, se aleja la inversión, especialmente la inversión de mejor calidad. Pero el tema de la confianza no se circunscribe a los inversionistas, lo mismo pasa con los ciudadanos, especialmente con los más jóvenes. Si oscurecemos nuestro futuro, no solo alejaremos a los inversionistas, también ahuyentaremos a nuestros jóvenes, los empujaremos a ser extranjeros, que buena manera de hacer nacionalismo.

Los inversionistas y los jóvenes necesitan confianza en el futuro, si no la encuentran, ambos se van.

Con los humalistas, nuestra democracia estará en riesgo y nuestra economía se enfrentará a la parálisis y el estancamiento. Felizmente, a pesar de todas las limitaciones de nuestra clase política, gran parte de los candidatos se diferencian sustancialmente de la insanía humalista y tienen muchas propuestas valiosas, como la sierra exportadora del APRA, o la sierra emprendedora de Susana Villarán, o la propuesta de Lourdes Flores de crear 650,000 empleos por año. Los políticos serios y sensatos tienen la responsabilidad de ayudar a nuestros sufridos y desconfiados ciudadanos a superar el difícil trance de enfrentar una elección pensando que no hay nada que perder – si hay mucho que perder, pensando que es hora de castigar a todos – pero castigando a sus propios hijos al negarles un futuro de prosperidad, creyendo que el nacionalismo ofrece soluciones a sus problemas – siendo más bien la condena a la falta de libertad, a la pobreza y marginalidad, y a la manipulación política.
Luchemos por impedir la destrucción de la democracia y el mercado que son nuestras mejores opciones para el desarrollo, la seguridad y el bienestar de todos los peruanos. Patriotismo Sí, nacionalismo No.

Desarrollo y Creación de Empleo (19-3-06)

Publicado en La Primera - Perú - 19 de marzo del 2006
De forma casual me he visto comentando sobre la meta de creación de empleo de Lourdes Flores, en una interesante conversación, el jueves pasado, en el programa de Jaime de Althaus, de La Hora N, con mi amigo Humberto Campodónico, columnista de La República – porque me llamó muchísimo la atención la forma como buena parte de la clase política peruana pretendió rechazar dicha propuesta, negándole al Perú la capacidad de crecer, la capacidad de crear un círculo virtuoso que nos permita dejar la mediocridad en la que nos hemos acostumbrado a vivir. Ya en 1860, se quejaba Manuel Pardo de la apatía e indolencia con la que los peruanos recibían las ideas innovadoras, de todo aquel que se esforzara en levantar un poco el pensamiento.

Como recordarán los que hayan leído mis artículos, desde hace años vengo planteando la necesidad de contar con una visión compartida de futuro y las estrategias de desarrollo que nos permitan alcanzar la prosperidad y el bienestar general.

Hace diez años, como presidente de IPAE, en CADE 96, tuve el honor de presentar una propuesta de visión de largo plazo, que creo sigue teniendo una gran validez, tanto en términos de su sentido de dirección como en lo que representaría en cuanto a la superación de los grandes problemas nacionales. En Arequipa, en CADE 96, se planteó la visión del Perú al año 2020:

El Perú será el país latinoamericano más integrado al mundo en el comercio, la inversión y la tecnología.
El Perú será una democracia avanzada, socialmente integrada y plural, con educación y empleo de calidad, que habrá eliminado la extrema pobreza.

Más recientemente he planteado una estrategia de desarrollo integral que permita progresar paralelamente en lo económico, lo social y lo institucional, que sea inclusiva y sostenible y que pase por el desarrollo de nuestras serranías. Que promueva la inversión, pasando del 18 al 25% del PBI y que se dirija a lograr un crecimiento sostenido del 7 al 8% anual del PBI.

Esta estrategia me llevó a plantear que el desarrollo económico se base en tres grandes avenidas:

1. Integración comercial de la economía peruana al mundo global – TLC con EEUU, Europa y
los más importantes países asiáticos.
2. Desarrollo de las infraestructuras internas.
3. Acceso de los pobres a la economía de mercado, procurando el aumento de productividad
de los oficios tradicionales, mediante la ampliación de mercados, la asociatividad, el crédito,
la titulación, la capacitación técnica y organizativa, el acceso a las infraestructuras y
tecnologías modernas, la simplificación administrativa y una educación funcional.

El desarrollo social, también debería basarse en tres grandes líneas de acción:

1. Revolución educativa – rescatar la educación pública del secuestro del que es víctima por
parte del Sutep y entregar su administración y control a los padres de familia.
2. Cobertura universal infantil de salud – para eliminar la desnutrición infantil.
3. Formación del ‘Fondo de Impulso Social’ de 5 mil millones de dólares – para acompasar el
desarrollo social y el económico, fortaleciendo la presencia del estado en la acción social.
Este fondo deberá formarse como producto de un renovado programa de privatizaciones y
concesiones.

A su vez el desarrollo institucional tendría tres grandes estrategias:

1. Imperio de la ley – empezando por una efectiva reforma del sistema judicial peruano.
2. Defensa de la propiedad – si, también la de los campesinos y de las familias urbanas que no
logran consolidar la propiedad de sus casas.
3. Estabilidad de las reglas de juego.

Después de haber reiterado estas ideas en innumerables ocasiones he ido alcanzando un cierto sentimiento de frustración, puesto que es muy difícil lograr que los peruanos se animen a debatir seriamente sobre lo que debiera ser nuestra agenda principal - ¿Cómo hacemos para crecer alto y sostenido, cómo hacemos para superar la pobreza y cómo hacemos para lograr los indispensables consensos que nos permitan enrumbarnos al bienestar general?

Ya casi tirando la toalla, me encuentro con la propuesta de Lourdes Flores de crear 650,000 empleos por año en base al fomento de las exportaciones, la inversión de 4,200 millones de dólares por año en infraestructuras, al turismo y en base a no esperar el chorreo para que el bienestar alcance a los sectores más pobres, sino llegar a ellos con una acción del estado que permita en esencia, el aumento de la productividad de sus actividades productivas. Plantea además invertir el 25% del producto y crecer al 7% anual.

EUREKA, por fin uno de nuestros políticos le plantea al país una estrategia para cambiar nuestra historia, una estrategia para abandonar la mediocridad y abrazar la modernidad, el progreso y el bienestar general.

La pregunta del millón es, si se pueden lograr los 650,000 empleos anuales.

La relación empleo-producto ha sido, durante los últimos años, de 0.5 a 1.0, lo que implicaría que por cada punto de crecimiento se podrían crear 65,000 empleos, o sea, 455,000 si crecemos al 7%. Tómese nota que dicha relación está basada en la composición de la inversión de los últimos años.

La segunda pregunta es, si cambiando la orientación de la economía y de la inversión, se puede aumentar la relación empleo-producto a 0.7, que permitiría lograr 637,000 empleos por año, creciendo al 7% anual.

La estrategia de fomentar las exportaciones – confecciones y agricultura, más la inversión en infraestructuras – construcción y el turismo, promueve actividades que generan cinco veces más empleo, que la generación de empleo que ha producido la composición de inversión de los últimos años. Si además se promueve el aumento de productividad de los oficios tradicionales entre los pequeños agricultores y las Mype, no me cabe la menor duda, que invirtiendo el 25% del producto y creciendo a un mínimo de 7% anual, se puede superar la meta de los 650,000 empleos anuales.

Antonio Brack Egg, uno de nuestros mayores exponentes en biodiversidad, biotecnología, bionegocios y conocimientos tradicionales, ya me había comentado de la crianza de paiches en Amazonas y de su tremendo potencial de desarrollo, como un ejemplo de las capacidades, todavía escondidas, que le permitirían al Perú, una explosión productiva. Después del programa de La Hora N, me envió un mail comentando: “En los próximos 5 años se pueden crear los siguientes puestos de trabajo: Manejo de bosques: 250,000.
Ecoturismo: 100,000. Plantaciones forestales: 50,000 anuales”.

En mi humilde opinión, seguir una sola de las estrategias de desarrollo económico indicadas más arriba: la integración comercial de la economía peruana al mundo global, el desarrollo de las infraestructuras internas o el acceso de los pobres a la economía de mercado – permitiría lograr un gran cambio en la economía peruana. Fomentar y seguir las tres juntas, como plantea Lourdes Flores – es una revolución – la revolución que necesitamos para darle un destino al Perú y enamorar a nuestros jóvenes, para que ellos hagan el Perú grande, que nosotros no hemos podido lograr.

Es el momento de apostar por el futuro, es el momento de tener más generosidad, es el momento de creer que si podemos – el Perú está listo para despegar.