Qué es inclusión
Publicado en El Comercio, Lima, 30 de marzo del 2007
Políticos e intelectuales se refieren a la inclusión como ‘Inclusión Social’, y académicos como ‘Cohesión Social’ o ‘Integración Social’. Julio Cotler[1] postula “la integración social como un proyecto destinado a crear las condiciones institucionales necesarias para promover la igualdad de derechos y oportunidades, particularmente de aquellas capas sociales reprimidas o impedidas de acceder a los recursos colectivos”.
Según Fretes-Cibils et al[2], “La pobreza en el Perú se explica por una baja tasa de crecimiento económico promedio durante considerable tiempo. Entre 1960 y 2004 el PBI per cápita se incrementó marginalmente en 0.7% al año, muy por debajo del promedio de 2.7% de los países en vías de desarrollo en ese mismo periodo, y la mitad del crecimiento promedio de los países latinoamericanos.”
“En los últimos 45 años, la productividad total de factores contribuyó casi nada al crecimiento: fue del orden de 0.1% del PBI al año desde 1960. (Corea del Sur = 2.1, Taiwán = 3.3, Chile y España = 1.9). Estas diferencias explican buena parte del sub-desempeño de la economía peruana.”
“No hay sustituto para el crecimiento económico. En países como el Perú, relativamente más pobres pero no tan desiguales, el crecimiento económico por sí solo rendiría el mayor dividendo en cuanto a la reducción de la pobreza incluso si la distribución del ingreso permanece igual. En esta etapa de su desarrollo el Perú debiera concentrarse fundamentalmente en promover un crecimiento económico acelerado como la mejor estrategia para generar una prosperidad de amplia base”.
Las definiciones anteriores parecen expresar visiones excluyentes entre lo ‘social’ y lo ‘económico’, no es así en este caso, pero por décadas hemos caído en ‘el gran pecado de las naciones’, según Dante: ‘la confusión de ideas’. Esta viene de no entender que el desarrollo no es solo social, o solo económico; es un proceso integral que comprende lo económico, lo social y lo institucional.
Sobre esta base, y con el permiso de Cotler, propongo ampliar su definición:
“La inclusión está destinada a crear las condiciones económicas, sociales, e institucionales necesarias para promover el acceso de todos los ciudadanos a la democracia y la economía de mercado, fomentando igualdad de derechos y multiplicación de oportunidades, especialmente para los pobres”.
La globalización es una gran oportunidad para la superación de la pobreza, la clave está en lograr que nuestros pobres accedan a ella, aumentando su productividad. Para ello es necesario que accedan a: mercados globales, infraestructuras modernas, crédito, titulación, capacitación, tecnología y asociatividad; además de una buena educación, salud, programas sociales efectivos, protección de la ley, y defensa de su propiedad.
Esto se expresa en una visión integral de desarrollo que busque, en lo económico: integración de nuestra economía al mundo global, desarrollo de infraestructuras, y acceso de los pobres a la economía de mercado; en lo social: revolución educativa, superación de la desnutrición infantil, y efectividad de los programas sociales; y en lo institucional: imperio de la ley (reforma del sistema judicial), defensa de la propiedad y estabilidad de las reglas de juego.
En conclusión, para lograr la inclusión, debemos crecer alto y sostenidamente, con una visión integral de desarrollo, buscando que todas nuestras políticas se orienten a que nuestros pobres accedan a la economía de mercado, amparados por una democracia eficiente y honesta.
[1] La Cohesión Social en la agenda de América Latina y la Unión Europea – Julio Cotler
[2] Perú – La oportunidad de un país diferente, Giugale et al, Banco Mundial, 2006 – Capítulo 1 - La Importancia del Crecimiento para una Sociedad Próspera, Fretes-Cibils et al