Mi Opción Electoral: Rechazo y Marcación a Presión
Publicado en La Primera - Lima, 28 de mayo del 2006
Todos los peruanos tenemos la obligación de tomar una decisión muy cuidadosa en las elecciones del 4 de junio próximo y además tenemos la necesidad de comprometernos con una vigilancia constructiva de las acciones del próximo gobierno.
Como ya hemos comentado anteriormente, las dos instituciones más importantes de la civilización moderna son la democracia y la economía de mercado. Ambas son las dos expresiones de la libertad, de la libertad política y de la libertad económica, que nos permiten librarnos de las tiranías y de la miseria. La humanidad ha demorado siglos en construirlas y hoy explican el bienestar de más de dos mil millones de habitantes de la tierra, en todas partes del globo.
Nuestra democracia es aún débil, nunca llegó a la madurez, y nuestra economía de mercado es insipiente, todavía no llega a las grandes mayorías y nuestra clase política aún no comprende que está íntimamente ligada a la libertad y al bienestar general. Los que creen en el mercado son acusados peyorativamente de neo-liberales, de pretender eliminar el estado y de buscar privilegios para unos pocos. La verdad, como dice Jean Francois Revel, es lo contrario, “la economía de mercado, se basa en la libertad de empresa y en el capitalismo democrático, disociado del poder político pero asociado al estado de derecho”.
Mi Rechazo
Rechazo la opción de Humala, porque representa una afrenta a nuestra democracia y la destrucción de nuestra joven economía de mercado. Ya todos sabemos que en el Perú, dos más dos son entre 3.8 y 4.2, pero de vez en cuando tienen que ser solo cuatro. Por lo menos de vez en cuando tenemos que llamar al pan, pan; y al vino, vino.
Cuestiono el nacionalismo porque no es una expresión de amor, no es una plataforma para la unión de los peruanos, ni para nuestra indispensable integración al resto del mundo. El nacionalismo es la peor de las trampas en que ha caído la humanidad, origen de los peores crímenes y la manipulación más asquerosa de las masas desposeídas y frustradas a las que solo se les plantea el diagnóstico de su pobreza, para ofrecerles una utopía que siempre termina siendo su explotación y su tumba. A diferencia del nacionalismo, el patriotismo si es una expresión de amor, de unión y de tolerancia. Patriotismo Sí, Nacionalismo No.
En el tema económico, la nacionalización de los llamados recursos estratégicos, es contraria, en sus consecuencias, a los intereses de las grandes mayorías. Sin lugar a dudas destruye la confianza en el futuro y ahuyenta la inversión, la inversión de calidad, más bien, para dar privilegios a los socios mercantilistas del poder político, así como a los socios políticos extranjeros. Los peruanos tenemos la obligación de derrotar la extrema pobreza y para eso tenemos que crear un ambiente de confianza que permita alcanzar como mínimo, un nivel de inversión del 25% del PBI, y así crecer encima del 7% anual.
Igualmente nefastas, son las políticas intervencionistas que plantean los humalistas en el manejo de precios, su mesianismo político y su lenguaje violentista e intolerante, que azuza los naturales resentimientos de nuestros ciudadanos menos favorecidos.
Marcación a Presión
La disyuntiva que nos plantea esta elección me lleva a la necesidad de votar por García, pero a él hay que ayudarlo para que haga un buen gobierno.
García necesita marcación a presión, pero no la que le hizo Reyna a Maradona, para destruir su juego; sino más bien, una vigilancia noble y cuidadosa, haciendo notar el error, pero contribuyendo con ideas constructivas y evaluaciones objetivas de las opciones de políticas públicas. Los peruanos no podemos correr el riesgo que el próximo gobierno no sea uno de profunda transformación hacia el desarrollo sostenible, que nos permita construir una economía inclusiva, en un esfuerzo paralelo de avance en lo económico, lo social y lo institucional.
Esta elección ha hecho patente que, en el Perú, nadie puede esperar el bienestar si no superamos la pobreza, si no les damos a nuestros pobres la posibilidad de acceder a la economía de mercado, la posibilidad de aumentar su productividad, de mejorar su educación, de tener acceso a la salud y de tener un estado presente, que otorgue seguridad y justicia.
Los próximos cinco años resultan cruciales para la sostenibilidad de nuestra patria y para su exitosa inserción en la historia de la modernidad, historia en la que no tenemos presencia alguna. No podemos seguir permitiendo que el futuro de nuestros jóvenes radique en el extranjero, el Perú es infinito en posibilidades y oportunidades, es hora de comprometernos con las realizaciones.
Ayudemos a García a hacer un buen gobierno. Cuando impulsado por su naturaleza, desempolve su voluntarismo para pretender administrar nuestra economía y sus precios, demostrémosle el error; cuando hable de proyectos que pueden inspirar la acción positiva y creativa de los peruanos, como cuando plantea proyectos e ideas-fuerza como la Sierra Exportadora, la Inter-oceánica, el Plan Sur, el Mega-puerto o la construcción de la mayor economía del Pacífico Sur, expresemos nuestro apoyo con análisis y propuestas alternativas.
Uno de los peores defectos de nuestra nación, es la anomia de nuestra clase dirigente, ya no nos podemos dar el lujo de no participar y de no contribuir al debate nacional, no podemos negar nuestras capacidades a la necesidad de construir una economía integrada, no podemos perder los próximos cinco años.
En términos de la orientación de nuestro desarrollo y de la incorporación de las grandes mayorías a la construcción de un proyecto nacional exitoso, en los próximos cinco años vamos a tener que lograr las cosas que no hemos hecho en décadas, preparémonos para ello con un voto consecuente, con una actitud de apertura y sobre todo con nuestro compromiso por la acción.